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Entrevista con Barrett Martin (Screaming Trees, Mad Season)


Gracias a nuestro amigo Cristian Muñoz, que nos dejó esta entrevista en el muro de nuestro facebook el día de hoy, nos enteramos de esto. Es una entrevista de J. L. Fernández, del año 2006, que fue publicada en el nº394 de la revista Popular 1. A continuación, la transcripción de esta entrevista, publicada en el blog:


Cuando los Screaming Trees desaparecieron, durante un tiempo dio la sensación de que a los ex compañeros de Mark Lanegan se los había tragado la tierra. En el caso de Barrett Martin, su vida ha dado un giro de 180 grados. El que pusiera sus baquetas en clásicos de los 90 como “Sweet Oblivion”, “Dust” o el nunca suficientemente reivindicado “Above” de Mad Season, es en la actualidad etnomusicólogo, y se dedica a estudiar la cultura musical de los lugares más exóticos del mundo. Preside su propio sello, a través del cual edita a muchos de los artistas que descubre en sus viajes. Practicante de la filosofía Zen y viajero incansable, ha plasmado su actual filosofía de vida en dos trabajos en solitario, uno de los cuales, “Earthspeaker”, ha visto la luz este mismo año. El bueno de Barrett nos atendía para hablar de sus proyectos, y por supuesto, de todo lo relacionado con su ilustre pasado.


Lo primero es hablar sobre tu nuevo disco en solitario, “Earthspeaker”, que es ya el segundo que publicas. Tengo entendido que es un disco muy experimental
“Earthspeaker” es una continuación de mi primer álbum, “The Painted Desert. Los grabé con la misma banda, que es esencialmente un quinteto de jazz. Está influenciado por mis viajes, me impactó mucho visitar África y conocer más a fondo su cultura musical. En definitiva, es un disco que recoge sonidos de los lugares que he ido visitando durante estos años”.



Y además presides tu propio sello, Fast Horse Recordings, ¿a qué tipo de artistas pretendes apoyar?
“Ahora me interesa, sobre todo, descubrir a grandes talentos en lugares del mundo donde no hay muchas oportunidades para grabar un disco. Con nosotros graba Rahim Alhaj, que es irakí, Bola Amiboha, de Nigeria… y también están los discos de Tuatara, el proyecto que tengo desde hace un montón de años con mi amigo Peter Buck, de R.E.M. El próximo disco que vamos a editar en Fast Horse se llama “Woven voices of the Amazon”, grabaciones de tipo chamánico que grabé en plena selva amazónica”.


¿Ya no te interesa el Rock?

“Claro que si, pero es que queremos ser un sello diferente. Básicamente, edito discos que me gustan, a veces son de World Music, otras de Jazz, o como con Tuatara, que somos un grupo nde Rock. Los discos salen de muchas maneras, a veces recibimos el CD en la oficina, y si me gusta lo edito, otras veces creo yo mismo un proyecto que me gustaría escuchar, y otras es Peter Buck el que me recomienda cosas. Tenemos muchas limitaciones, pero estoy orgulloso de decir que, aunque no publiquemos muchos discos al año, hay pocos sellos que promocionen y trabajen tanto con los artistas a los que representan”.



¿Cómo empezaste a tocar la batería?

“Siendo muy pequeño, y en el instituto tocaba en la banda escolar de Jazz, y cuando me fui a vivir a Seattle, en los 80, empecé a tocar Rock N’ Roll”.



Llegaste a Seattle en el momento perfecto, pocos años antes de que el Grunge estallase. ¿Por qué decidiste irte a vivir allí?

“Para estudiar en la Universidad de Washington, y cuando llegué me di cuenta de lo viva que estaba la escena musical de la ciudad. Hasta ese momento, no tenía ni idea de lo que se estaba cociendo alli. Empecé a tocar y conocí a Jack Endino, y veíamos en directo a los chicos de Soundgarden, a Mudhoney, Green River… era una escena muy pequeña, unas cuantas bandas, Sub Pop editaba los discos, Jack Endino los producía… únicamente unas veinte personas creando todos aquellos discos”.



Y claro, no imaginabais lo que se os vendría encima en unos pocos años

“Para nada. Todos íbamos a ver a las bandas, y tocábamos, pero era cosa de unos cuantos clubs, y actuaciones de fin de semana sobre todo. Los primeros en convertirse en algo serio fueron Mudhoney, y después ya vino el gran boom de Nirvana”.



La primera banda relevante en la que estuviste fue Skin Yard, el grupo del propio Jack Endino

“Conocí a Jack porque él me vió actuando con la que fue mi primera banda en Seattle, nos llamábamos The Thin Men. Éramos, yo diría que una especie de copia de The Clash (Risas), y a Jack le gustó mi forma de tocar la batería y me invitó a tocar en su disco en solitario, “Earthworm”, y toqué alli y fue entonces cuando me propuso unirme a Skin Yard”.



En 1992 te unes a Screaming Trees, reemplazando a Mark Pickerel. ¿Por qué dejó los Trees justo cuando empezaban a tener éxito?

“Fue porque quería formar su propia banda. No estoy seguro, pero me parece que ese fue el motivo. En aquel momento no le conocía, pero cuando me convertí en el nuevo batería de Screaming Trees, llegué a tener muy buena relación con él. Él quería hacer algo diferente, porque a veces vemos una banda y decimos “oh, son un gran grupo”. Y si, es cierto, pero la realidad es que aún estando en una banda como esa, a veces no responde a tus deseos como músico”.



¿Cómo surgió la posibilidad de unirte a Screaming Trees?

“Porque Skin Yard lo dejamos por la misma época en la que Mark Pickerel se fue de los Screaming Trees. Fue a la vuelta de nuestro tour europeo, nadie quiso llamarle separación pero decidimos que cada uno se iría por su lado. Y Van y Gary Lee Conner me habían visto varias veces tocando con Skin Yard, asi que dos semanas después Van me llamó y me dijo “He oído que quizá estés buscando una banda, y estamos buscando un batería”. Hice una audición y ya fue suficiente”.



Tu estilo tocando no tenía nada que ver con el de Pickerel, que pasaba mucho más desapercibido. Coincidió con un cambio en general del sonido de la banda. Por momentos tocabas de una forma casi tribal, muy llamativa

“Si, estoy de acuerdo, porque siempre estuve interesado en la percusión africana. Creo que intenté que se convirtiese en un estilo propio, y llevar eso al Rock. No me entiendas mal, mis mayores influencias probablemente sean Keith Moon, John Bonham y Mitch Mitchell, de la Jimi Hendrix Experience, pero siempre tuve ese interés por la música africana y las percusiones tribales, y llegué a viajar a África en 1998 sólo para estudiarlas más a fondo”.



Y tu debut con los Screaming Trees fue nada más y nada menos que “Sweet Oblivion”. Es mi disco favorito de la banda, un clásico indiscutible. Su sonido nunca fue tan épico y rotundo como en ese disco

“Yo prefiero “Dust”, pero grabar “Sweet Oblivion” fue una gran experiencia. Lo grabamos en New York con el productor Don Fleming, entre noviembre de 1991 y febrero del siguiente año. ¿Sabías que la mayor parte del disco se grabó en directo? De hecho los “basic tracks” se grabaron al completo en dos semanas, luego Mark grabó sus partes vocales, y apenas incluímos unos pocos overdubs, pero la mayoría es la banda tocando en vivo. La verdad es que se grabó muy rápido”.



Se dice que las relaciones entre los Conner y Lanegan siempre fueron tensas. ¿Notaste eso cuando grababais el disco?

“Para ser honesto, diría que eso es un mito que alimentó la prensa. En general, se llevaban muy bien, teniendo en cuenta el tiempo que pasamos juntos en la carretera, y en el estudio. Claro que hubo broncas y alguna que otra pelea, porque todos nos cansamos a veces, bebemos demasiado, ¡y el carácter aflora! (Risas), pero nada serio. Los Conner se peleaban a veces, pero porque son hermanos, y aun así no es como mucha gente cree. Para pasar tanto tiempo juntos, éramos una banda donde todos los miembros eramos muy respetuosos los unos con los otros”.



¿Qué están haciendo ahora los Conner? Parecen haber desaparecido del mapa

“Lo se. Simplemente se han convertido en hombres de familia. Van está casado y tiene cuatro niños, y Gary Lee tiene una hija. Pero Van sigue en la música, tiene una banda llamada Valis y han grabado un par de discos en un sello independiente”.



¿Todavía estás en contacto con ellos?

“Si, me envío emails regularmente con Van, pero no tanto con Gary Lee, no le veo desde hace un par de años. Gary Lee es más el típico marido casero (Risas). Vive en Texas y su mujer es profesora de química en la universidad. Que yo sepa no está tocando con nadie, pero es feliz así”.



¿Cómo reaccionasteis cuando “Nearly lost you” se convirtió en un hit?

"Pues nos alegramos mucho, sobre todo ellos, que llevaban tanto tiempo en activo, se sintieron felices de tener por fin un hit que sonaba tanto en la radio. Pero nos lo tomamos con cautela, recuerdo de haber comentado “Bueno, es una canción más entre muchas otras”.Y teníamos miedo de que sólo se prestase atención a “Nearly Lost you” y dejasen de lado el resto del álbum. Ninguno de nosotros consideraba "Nearly Lost You" nuestra mejor canción, ni la hicimos pensando en un hit".



Estoy de acuerdo en que no era de lo mejor de “Sweet Oblivion”. Sin ir más lejos, la segunda mitad del álbum es irreal, “Winter Song”, “Troubled times”, “No one knows”, “Julie Paradise”… ¡todo eso de un tirón te deja exhausto!

“Lo veo igual que tú, “Nearly lost you” era un buen tema, pero mi favorita es “Julie Paradise”, el tema que cierra el álbum”.



Ahora te haré la pregunta del millón: estábais en vuestro momento, los discos de bandas de Seattle vendían millones… ¿porqué tardásteis cuatro años en volver con “Dust”?

“Hubo muchos problemas para sacarlo adelante, porque “Dust” en realidad fueron dos álbumes. “Nearly Lost you” tuvo éxito y tuvimos que hacer un tour más largo de lo esperado, y estuvimos en la carretera dos años, asi que estábamos extremadamente cansados. Y claro, la discográfica quería editar un disco nuevo cuanto antes, para aprovechar el tirón, y por eso lo empezamos a grabar en Seattle, con Don Fleming y el resto de gente que nos ayudó en “Sweet Oblivion”, pero no nos conveció el resultado. Creímos preferible esperar, y grabar un disco más trabajado, que sonase tal y como deseabamos, y fue cuando empezamos a grabarlo de nuevo, con George Drakoulias”.



Creo que fue un error. Aunque “Dust” es espectacular, el momento dorado para las bandas de Seattle ya había pasado, y no se vendió demasiado bien

“Si, pero en esos momentos sólo nos preocupaba la calidad del álbum. Y es cierto, se retrasó dos años más de lo esperado. Porque empezamos a grabarlo en 1994. Fue un proceso de dos años, y entre eso, y el anterior tour, o que yo hice el álbum de Mad Season… no tuvimos elección, las cosas salieron asi. El problema también fue en que no giramos demasiado para presentarlo, porque estábamos cansadísimos de la gira de “Sweet Oblivion”, y se lo dejamos claro al sello, que un nuevo tour de dos años iba a matar a la banda. Y confiamos en que el sello lo promocionase, y en tocar en ciudades importantes y en eventos concretos. Y con “Dust” hubo otro problema: la discográfica echó al presidente, y junto con más gente, nuestro A&R fue despedido. Y cuando ese tipo de cosas pasan, pierdes apoyos, y es terrible. Un sello discográfico es como un partido político, y si quieres llegar alto debes tener muchos amigos dentro, que estén dispuestos a apoyarte”.



Lo mejor de “Dust” es que no es en absoluto una segunda parte de “Sweet Oblivion”, que es lo que todos esperaban.

“Yo lo veo como nuestro álbum Gospel. Sobre todo en cuanto a Mark, que por esa época escuchaba música de ese tipo, y estaba muy interesado en viejos discos de Blues, el sonido del Delta… ya sabes, material muy antiguo, y quería que eso se reflejase en el álbum. Y acabo aflorando en su forma de cantar y de escribir los nuevos temas”.



En aquellos días Lanegan ya había editado dos trabajos en solitario, ¿no os preocupaba que cada vez necesitase reservar más y más canciones para su carrera en solitario?

“Whiskey for the holy ghost” ya había salido hace tiempo, y que yo recuerde no nos preocupaba en absoluto, porque Mark grababa esos discos con material que no se adaptaba del todo a cómo sonábamos los Screaming Trees. Obviamente más adelante quiso dar el gran paso, pero en aquellos momentos no, nos sentíamos como una banda muy unida, y todos aportaban lo mejor de sí mismos al grupo”.



También me gustaría preguntarte por el álbum “Above” que grabaste junto a Layne Staley en el proyecto Mad Season. Una obra de culto, grabada en un momento en que vuestras bandas estaban en su momento más dulce. Tú estabas en los Trees, Layne junto a Alice In Chains, y McCready estaba en Pearl Jam. ¿Cómo se puso en marcha ese proyecto?

“Pues verás, yo conocía a McCready de Seattle, y me llevaba muy bien con Layne porque Screaming Trees habíamos ido de gira con Alice In Chains, en Europa, en 1993. McCready me llamó por teléfono un día, y me contó que había conocido a John Baker, y que era un gran bajista de Blues de Chicago, y que le entusiasmaba la idea de hacer un disco de Blues Rock, y que ya había convencido a Layne para que cantase. Y fue un placer grabarlo y poder colaborar con ellos. ¡Y lo grabamos en dos semanas! Totalmente grabado en directo, fue increíble”.



Yo no podría hablar de un estilo concreto en “Above”. Da la sensación de que esas canciones hayan quedado suspendidas en el tiempo. Es un disco muy inquietante

“Pues en aquel momento ni nos planteamos qué iba a salir de alli. Simplemente decidimos divertirnos en el estudio”.



Pues la atmósfera del disco es cualquier cosa menos divertida… ese disco es algo tan oscuro y opresivo que es incluso difícil de escuchar entero

“Bueno, es oscuro, si. Sobre todo teniendo en cuenta que Layne y John Baker están muertos. Te entiendo, esas letras de Layne y su forma de interpretar las canciones, son bastante duras. Pero te aseguro que en aquellos momentos grabar “Above” fue una liberación. Recuerdo pasar mucho tiempo con Layne en aquellas dos semanas en el estudio, y se le veía muy feliz, tio. Se sentía liberado, de poder grabar material que no se tuviese que amoldar a Alice In Chains. Por fin podía escribir sus propias canciones y todos le vimos muy animado”.



Mi tema favorito de “Above” es “Long gone day”

“Pues la escribí yo, y le propusimos a Mark que se uniese a la grabación. A eso me refiero, estábamos todos tan relajados por poder entregar material fuera de nuestras bandas originales, que había un ambiente muy creativo. Recuerdo que un día Layne trajo “I don’t know anything”, y al siguiente Mike entró por la puerta con la melodía de “River of Deceit”, y yo compuse también “I’m above”. Era eso, cada uno aparecía con una melodía compuesta, pero después nos pasábamos el día haciendo jams juntos y terminando los temas. Layne nunca había podido trabajar asi con Alice In Chains, y en Mad Season era un miembro más, pudo componer en igualdad de condiciones al resto, y estaba muy ilusionado grabando “Above”.



La muerte de Layne Staley fue un auténtico mazazo para muchos de nosotros. Supongo que sus letras eran tan personales y sentidas, que todos nos identificábamos mucho con él.

“Pues nunca le consideré alguien depresivo. Layne era un chico muy divertido, muy despierto. ¿Pero sabes lo que de verdad admiré siempre de él? Que era educado y encantador con todo el mundo. Nunca tuvo una mala palabra para un fan ni para nadie que le reconociese por la calle. Al contrario de la mayoría de las “estrellas de rock”, que son arrogantes, y se olvidan de la gente que los han convertido en lo que son. Para mi, los rockstars que son arrogantes demuestran tener un carácter débil e inseguro. Y Layne era lo contrario a todo eso, era encantador con todo el mundo. Y siempre recordaré que en sus shows, mientras que lo normal es hacer una lista de invitados con gente de la prensa, de sellos discográficos y de emisoras de radio, Layne prefería poner en esa lista a sus amigos, e incluso una vez a unos chicos que había conocido, y que no se podían comprar un ticket. Layne era alguien que se preocupaba de la gente, nunca olvidó a sus amigos”.



Y sin embargo, murió completamente sólo. Da la impresión de que en sus últimos años de vida dejó a todos sus amigos a un lado, o viceversa

“Para un adicto a la heroína, la prioridad es la que es. Se alejó de todo el mundo. Yo no lo ví mucho entonces, pero intenté ponerme en contacto con él. Intenté hablar con él por teléfono varias veces, sus amigos le dejábamos mensajes en el contestador, y siempre nos decía lo mismo: que todo iba bien. Pero no quería ver a nadie. Y eso es algo que me perseguirá el resto de mi vida. También fui el último en estar con Baker, el bajista de Mad Season, antes de que muriese. Y tanto con él como con Layne… ya me entiendes, muchas veces pienso, “¿y si hubiese hecho ésto o aquello?”, si hubiese hablado en serio con ellos, o ido a ver a Layne aunque se negase…”.



Bueno, no tiene sentido hacerse ese tipo de preguntas

“Ya… ellos tomaron sus propias decisiones y es algo que ya no tiene solución, pero…”.



¿Qué opinas sobre la reciente reunión de Alice In Chains?

“Ooooooh, no se… Tienen derecho a ganar dinero usando el nombre de Alice In Chains, pero personalmente, yo no lo entiendo. Porque siempre he pensado que lo que hacía especiales a Alice In Chains era Layne. Mira, no se qué responder, la verdad es que no le veo sentido, me da igual lo que hagan. Pero sin Layne, para mi son otra banda”.





Volviendo a Screaming Trees. Hay un álbum completo grabado tras “Dust” que nunca salió a la venta
“Si. Renegociamos nuestro contrato y produjimos el disco nosotros mismos, de hecho yo pagué las sesiones de grabación. Son doce canciones totalmente terminadas. Es más, yo diría que ahí están algunas de las mejores canciones que los Screaming Trees hayan escrito jamás, aunque no pudiésemos contar con una gran producción”.



¿No va a salir nunca?

“No creo. Compramos los masters al sello, pero Mark escuchó el resultado y no le gustá como quedó su voz, asi que el proceso está parado. Pero quien sabe, quizá algún día Mark se anime, y vuelva a grabar sus partes vocales, o lo remezclemos… De momento los masters están guardados en el estudio de Stone Gossard, en Seattle”.



En vuestro último tour, giraba con vostros Josh Homme como segundo guitarrista, justo antes de que Queens of the Stone Age naciesen como proyecto. ¿Le ofrecisteis formar parte de Screaming Trees como miembro permanente?

“Claro, todos lo dábamos por hecho. Porque giró con nosotros, hizo el Lollapalooza, y tocó en varios de los temas del álbum inédito. Todos adoramos a Josh: es un gran guitarrista, un tipo divertido, y me alegro muchísimo del éxito tan desbordante que está teniendo con Queens of the Stone age”.



Su trabajo en Kyuss siendo tan joven es asombroso

“Si,si, por supuesto. ¡Cuando Kyuss empezaban Josh aún iba al instituto! Era como un pequeño genio de la guitarra (Risas)“.



Y pese a todo, cuando dejáis Epic y todo el mundo habla de separación, hacéis unos cuantos shows para encontrar nueva discográfica. ¿Por qué decidisteis separaros finalmente?

“Pues porque vimos que la industria discográfica estaba atravesando por un montón de cambios justo entonces, que mucha gente estaba siendo despedida… hicimos todo lo que pudimos para continuar, pero vimos claro que si no podíamos contar con un sello que nos apoyase de verdad, lo mejor era que cada uno siguiese su propio camino. No digo que no vaya a haber una reunión algún día, pero por ahora es muy improbable, porque Mark está teniendo éxito en solitario y también colabora con Queens of the stone age, y yo trabajo en Los Angeles produciendo discos, tengo mi proyecto con Peter Buck… Y respecto a Screaming Trees… hubiese sido algo fantástico de haber hecho las cosas como queríamos, pero no hubo elección”.



Después de la separación, se rumoreó que eras el nuevo batería de R.E.M., e incluso tocaste en parte de su álbum “Up”

“Si, pero no como sustituto de Bill Berry, sino mientras Bill seguía siendo el batería. Me contrataron para tocar algo de percusión, e incluso contrabajo. Y justo entonces Bill decidió dejar el grupo. Y después yo hice de batería de sesión, nunca me pidieron que me uniese al grupo. Porque creo que mi forma de tocar es demasiado potente, ellos no dejan de ser una banda Pop, y mi sonido no pega muy bien con eso. Me encantan, Peter Buck es uno de los músicos más talentosos que haya conocido, y cuando estaba en la universidad llegué a tener una banda exclusivamente de versiones de R.E.M. (Risas)“.



Ese disco, “Up”, es muy especial. Muchos de sus fans no lo entendieron debido al cambio de sonido, pero una vez te metes a fondo en esas canciones, es fascinante

“También lo creo, es un disco muy emocional. Y créeme, fue un proceso largo y muy complicado el hacer ese disco”.



En los últimos años has viajado alrededor de todo el mundo como etnomusicólogo. ¿Cuál ha sido la experiencia más exótica que has tenido?

“África me apasiona… y ya que hablabamos de R.E.M., una vez fui junto a Peter Buck a Cuba, en misión diplomática. Se trataba de que un grupo de músicos americanos pasasen unos días allí tocando con viejos músicos cubanos, y así rebajar un poco las tensiones con la isla. Fue fantástico, músicos extraordinarios que tocan en la calle durante todo el día”.



¿Te refieres a músicos como los que aparecen en películas como “Buena Vista Social Club”? Es increíble, viejos desdentados de ochenta años que tocan como auténticos virtuosos.

“Exacto, para nosotros fue toda una experiencia. Aprendimos mucho en Cuba”.



¿Conociste a Fidel Castro?

“Si, hubo una despedida oficial del gobierno cubano cuando dejamos la isla, y Fidel estaba alli”.



¿De qué hablásteis?

“Bueno, nos fue dando la mano a cada uno, y apenas intercambiamos unas palabras. Le dije que era un honor estar en su país y que los músicos cubanos eran los mejores músicos con los que nunca había podido tocar. Y yo tenía el pelo largo y barba en aquellos momentos, y Fidel me dijo “Hijo, tu aspecto me recuerda al del Ché Guevara”. Fue como “Wow!” (Risas)“.



¡Quien lo iba a decir! ¡La conexión Screaming Trees- Fidel Castro!

“No, no creo que hubiese oído hablar de nosotros (Risas) Pero fue todo un honor que me dijese aquello, porque siempre me gustó leer sobre la Revolución cubana, incluso tengo los diarios del Ché. Después de Cuba visité Brasil y estuve tocando en una banda durante bastante tiempo, conocí bien el país e incluso visité el Amazonas”.



Tengo entendido que estás muy metido en la filosofía Zen

“Llevo practicando el Zen desde hace diez años. Son prácticas espirituales, por las que me empecé a interesar cuando llegué a Los Angeles. Porque L.A. es una ciudad tan gigantesca que puede desquiciar a cualquiera, no hay un sólo lugar donde encontrar algo de paz. Asi que empecé a acudir a un centro japonés Zen por las noches, y en el 2000 obtuve mi primer título. Me propusieron irme durante un tiempo a un monasterio a Japón, para olvidarme del mundo, pero todavía no me siento preparado. De momento, me ayuda y sigo practicando”.




Entrevista de J. L. Rodríguez, del año 2006.

Pueden encontrar esta misma entrevista en esta página: http://jlfernandezblog.wordpress.com/2009/08/18/entrevista-con-barrett-martin-screaming-trees-mad-season/

www.aliceinchains.cl

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